9 de noviembre de 2011

Procrastinación estructurada (1 de 2)

El texto que traduzco a continuación está publicado aquí, es sobre un fenómeno llamado procrastinación, en la rae dicen que procrastinación viene de procrastinar, y procrastinar es:
(Del lat. procrastinare). 1. tr. Diferir, aplazar. Pero, como verán en el texto a continuación, no sólo es aplazar, es algo más truculento, es hacer algo mientras aplazas otra cosa que tiene mayor importancia. El autor de este ensayito es muy sabio, y creo que tiene la solución a muchos de mis problemas, pues, lo confieso, yo soy un procrastinador profesional.

Procrastinación estructurada
Por John Perry

"... cualquiera puede hacer cualquier cantidad de trabajo, siempre que no sea el trabajo que tendría que estar haciendo en ese momento." --Robert Benchley, en Chips off the Old Benchley, 1949

He tenido la intención de escribir este ensayo por meses. ¿Porqué estoy haciéndolo finalmente? ¿Porque finalmente encontré un poco de tiempo libre? Mentira. Tengo artículos que calificar, órdenes de libros de texto que llenar, una propuesta de la NSF por evaluar, borradores de disertaciones que leer. Estoy trabajando en este ensayo como un modo de no hacer todas esas cosas. Esta es la esencia de lo que llamo procrastinación estructurada, una estrategia asombrosa que descubrí que convierte a los procrastinadores en seres humanos eficaces, respetados y admirados por todo lo que pueden lograr y el buen uso que hacen de su tiempo. Todos los procrastinadores posponen cosas que tienen que hacer. La procrastinación estructurada es el arte de hacer que este rasgo negativo trabaje en tu favor. La idea clave es que procrastinar no significa no hacer nada en absoluto. Los procrastinadores rara vez se quedan sin hacer nada; hacen cosas marginalmente útiles, como arreglar su jardín o sacarle punta a los lápices o hacer un diagrama de cómo organizarán sus archivos cuando se pongan a trabajar en ellos. ¿Por qué los procrastinadores hacen ese tipo de cosas? Porque son un modo de no hacer algo más importante. Si todo lo que el procrastinador tuviera que hacer fuera sacarle la punta a los lápices, ninguna fuerza en la tierra podría ponerlo a hacer esa tarea. Sin embargo, el procrastinador puede ser motivado para hacer tareas difíciles, importantes y oportunas, siempre y cuando esas tareas sean un modo de no hacer algo más importante.

La procrastinación estructurada significa darle forma a la estructura de las tareas que uno tiene que hacer de modo que explote ese hecho. La lista de las tareas que uno tiene en la mente tendrá que ser ordenada por importancia. Las tareas que parezcan más urgentes e importantes van hasta arriba. Pero también hay tareas que son valiosas más abajo en la lista. Hacer estas tareas se vuelve un modo de no hacer las tareas de más arriba. Con este tipo de estructura de tareas adecuada, el procrastinador se vuelve un ciudadano útil. De hecho, el procrastinador puede incluso adquirir, tal y como lo hice yo, la reputación de lograr hacer mucho.

La situación más perfecta para la procrastinación estructurada que he tenido fue cuando mi esposa y yo estuvimos como asesores de los residentes en Soto House, en el dormitorio, en Stanford. En la tarde, frente a artículos que calificar, clases que preparar, trabajo pendiente del comité, salía de nuestro cubículo al lado de los dormitorios y me iba al salón principal y jugaba ping-pong con los residentes, o hablaba de cosas con ellos en sus cuartos, o sólo me sentaba por ahí y leía el periódico. Obtuve la reputación de ser un estupendo asesor de residentes, y uno de los raros profesores del campus que pasaba tiempo con los universitarios y que llegó a conocerlos. Vaya configuración: juega ping pong como un modo de no hacer cosas más importantes, y obtén la reputación de un Mr. Chips.

Los procrastinadores suelen seguir exactamente el camino equivocado. Intentan minimizar sus compromisos, asumiendo que si sólo tienen pocas cosas que hacer, dejarán de procrastinar y lograrán hacerlas. Pero esto va en contra de la naturaleza básica del procrastinador y destruye la fuente más importante de motivación. Las pocas tareas en su lista serán por definición las más importantes, y el único modo de evitar hacerlas será no hacer nada. Este es un modo de convertirse en un teleadicto sedentario, no en un ser humano eficaz.

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